Todos hemos disfrutado de alguna película, o serie de televisión, donde las actividades ‘hacking’ son las protagonistas de la historia.
Nos encanta ver la mecanografía rápida, códigos informáticos ejecutándose en el sistema y la infiltración de gusanos en los sistemas de individuos, empresas e incluso del gobierno.
Lo cierto es que, en la realidad, no es tan sencillo como muestran los medios audiovisuales. Involucra conceptos como: actividad de los usuarios e ingeniería social.
Pero, ¿qué sucede cuando los hackeos que vemos en las películas se hacen realidad? Los ciberataques son cosa de cada día. Miles de malwares se crean diariamente para hackear messenger y otras redes sociales.
No obstante, pocos son los que llegan a impresionar a las personas y logran escabullirse a los focos. Hoy mencionaremos hackeos más misteriosos de la historia.
Hackeo a Saudí Aramco
Aramco es una compañía petrolera conocida por comerciar gas y productos petroquímicos en diferentes partes del mundo. De hecho, la petrolera saudí beneficia a buena parte del planeta gracias a la exportación de hidrocarburos químicos.
Sin embargo, desde hace años, es más conocida por sufrir la que para muchos individuos es considerada uno de los ataques cibernéticos más grandes de la historia.
Era el año 2012 y la compañía Saudí desempeñaba sus actividades como en cualquier otro día. De repente, en cuestión de horas, más de 35.000 ordenadores fueron barridos por un ataque informático que afectó por completo la logística empresarial.
El daño fue alucinante. Los ordenadores se apagaron y las comunicaciones cedieron.
De hecho, Aramco tuvo que volver a la época antigua, donde no existían ordenadores, para cumplir con las exportaciones y demás actividades petroquímicas.
Ciberataque a Twitter
Twitter es una de las empresas que se jacta de ser de las más seguras informáticamente hablando. Sin embargo, tales declaraciones quedaron en evidencia cuando en el año 2020 la red de Internet fue víctima de agresiones digitales.
Los internautas presenciaron un hackeo masivo a cuentas verificadas que desconcertaron a la plataforma.
Políticos, multimillonarios, famosos, empresas e influencers fueron víctimas de ciberataques. Entre los afectados encontramos nombres como: Elon Musk, Joe Biden, Uber, Barack Obama y Jeff Bezos.
En un principio se pensó que una banda criminal se encontraba detrás del misterioso ataque a los sistemas de Twitter. Incluso se insinuó que Rusia era el culpable.
Pero, un nuevo reportaje del diario The New York Times, donde se entrevistó a cuatro de los implicados, aseguró que uno de los hackeos más alucinantes de la historia fue ejecutado por un grupo de amigos gamers.
Hackeo a la NSA
La Agencia de Seguridad Nacional, cuyas siglas son NSA, es la agencia estadounidense de inteligencia adscrita al departamento de defensa del país norteamericano.
Sus funciones incluyen: interceptar y asegurar las comunicaciones del gobierno nacional e internacional para preservar la seguridad del gobierno y los estadounidenses.
Al menos eso alega en su web. Ha sido acusada en numerosas ocasiones de almacenar datos personales y espionaje de millones de usuarios, ciudadanos y empresas.
En el 2016 la agencia de inteligencia sufrió un poderoso ataque cibernético informático por parte de un grupo de hackers desconocido que se hacen llamar Shadow Brokers.
La arremetida dejó un saldo de incontables documentos extraídos de la base de datos la NSA. Información sensible que llegó a manos de hackers de sombrero negro; los cuales aseguran probar dichas acusaciones de espionaje y almacenamiento indebido de datos.
NASA y al Departamento de Defensa
Los 15’s, para muchos adolescentes en plena juventud, son sinónimo de celebración. Una edad nada despreciable premiada con un escalón menos a la ansiada mayoría de edad. Claro, si estuviésemos hablando de jóvenes o adolescentes normales.
Jonathan James, que tenía 15 años en 1999 cuando ocurrió la batalla binaria presidida por un ciberataque a las instalaciones informáticas de la NASA y el departamento de Defensa, logró contaminar los ordenadores de la agencia asociada al gobierno norteamericano.
Las acciones de James perjudicaron operativa y monetariamente a la agencia espacial. Durante la cometida robó una pieza de software valorada en $41.000 dólares; mientras que los ordenadores de la NASA estuvieron en silencio por 3 semanas.
Lamentablemente, Jonathan no tuvo un final feliz. Fue capturado luego de ser descubierto. Gracias a su corta edad, fue sancionado con una condena no tan severa.
Sin embargo, se suicidó en el año 2008 después de acusaciones de Phishing y Pirateo informático. Nunca se comprobó su participación e incluso negó las acusaciones en una carta de suicidio.
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