Un asesino serial español saltó a la fama en el 2003, cuando su primer asesinato fue cerca de Barajas, en una parada de bus. A un costado de su víctima había un as de copas, no se sabe si estaba ahí el naipe o lo colocó el asesino pero, pero este procedimiento lo hizo saltar a la fama, ya que lo repitió en sus próximos ataques, haciendo de los naipes una marca propia para atribuirse los asesinatos, lo que le dio el nombre del asesino de la baraja.
En menos de 2 meses, logró asesinar a 6 personas, mientras otras 3 tienen la fortuna de decir que sobrevivieron al asesino de la baraja. Asesinó con una pistola Tokaerv TT-33 adquirida en su servicio militar en Bosnia. Siendo militar fue diagnosticado de ansiedad y neurosis, y a pesar de que le prohibieron el alcohol por los medicamentos que le recetaron, nunca dejó de consumirlo, hasta tiempo después que dejó por decisión propia sus medicamentos y siguió con el alcohol.
Conociendo al asesino
Alfredo Galán Sotillo, es comúnmente conocido como el asesino de la baraja, nació en 1978, un 5 de abril, cursó sus estudios BUP en los cuales es recordado como un estudiante muy introvertido y poco destacable.
Entró al ejército en 1998, pero su comportamiento se vio afectado al pasar de los años, en especial al volver de su segundo viaje a Bosnia. Al volver de su servicio militar, solía estar callado la mayoría del tiempo, no hablar con nadie y pasaba un tiempo excesivo en el sofá, sentado observando programas de sucesos y crímenes, además de películas de extrema violencia.
Los pasos que dio como el asesino de la baraja
En ese entonces, Galán, con solo 26 años, sufría de cuadros de ansiedad y trastornos, por lo cual ingería medicamentos antineuróticos. Pero los efectos de estos medicamentos ligados con el alcohol, hicieron que sus trastornos fueran de mal a peor, llegando al punto de asesinar a quema ropa a sus víctimas.
En el 2003, específicamente en febrero asesinó a un joven que esperaba autobús, cerca de barajas. El desafortunado muchacho que tenía solo 18 años fue ultimado de rodillas, con un disparo detrás de la cabeza a quemarropa y junto a su cadáver se consiguió un as de copas, este fue la primera víctima conocida del asesino de la baraja.
Los siguientes homicidios del asesino de la baraja tuvieron un modus operandi similar, casi idéntico. Juan Carlos Martín, fue asesinado de la misma manera, con un disparo en la cabeza el cual fue ejecutado por su espalda
Juan Carlos Martín Estacio fue asesinado de una manera casi idéntica. Con un disparo en la cabeza, que se realizó por la espalda y cuya trayectoria fue paralela al suelo.
Así mismo, asesinó a Mikel Jimenez Sanchez como también Juana Dolores Uclés, ambos con un disparo en la cabeza a quemarropa como los anteriores homicidios del asesino de la baraja
Una suerte similar corrió el matrimonio Magda, de Diona y George, los cuales fueron sorprendidos y asesinados. George con un disparo en el lateral de su espalda. Diona, que era su esposa, intento protegerse con sus brazos pero Galán le disparó 3 veces, de los cuales 2 de los disparos alcanzaron su cabeza, cabe destacar que el disparo fue realizado a menos de 4 centímetros de distancia. Luego procedió a dejar 2 naipes de copas.
Juicio y condena a Galán
Muchas eran las pruebas contra Alfredo Galán. Su confesión donde daba fe de ser el asesino de baraja, aunque estaba ebrio, dio una prueba que solo los investigadores sabían, y era que las cartas, tenían en el reverso un punto azul de rotulador.
Además. Los oficiales al inspeccionar su casa, encontraron un casquillo que pertenecía al cartucho con el que cometió su primer crimen. También fue encontrada la ropa que utilizó al momento de los crímenes.
El juicio comenzó, aunque los fiscales pedían 153 años de cárcel para el asesino de baraja, la Audiencia Provincial de Madrid dictaminó una condena de 140 años y 3 meses para Galán. El cual hasta el día de hoy sigue pagando condena.
Pero no todos los crimines tienen el mismo finales, mucho nunca llegan a resolverse como sucedió con el asesino del Zodiaco, una historia real que te parece ficción.
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