Muchas son las historias acerca de los últimos días del Che Guevara. Cientos de mitos corren alrededor del que muchos consideran un héroe y otros un asesino sin alma. Si bien la historia puede ser alterada, es muy difícil mantener una mentira por mucho tiempo. Por eso nos dimos a la tarea de investigar y conocer qué pasó realmente en los últimos días del Che Guevara.
Llegada a Bolivia
Es aquí donde el 7 de noviembre de 1966, el reconocido Ernesto ‘Che’ Guevara entra ilegalmente a Bolivia bajo el nombre de Adolfo Mena. Ese mismo día inicia un nuevo diario, luego de haber experimentado una fatídica derrota en el Congo. Al llegar al país no contaba con un claro horizonte político, imposibilitando ver las oportunidades para establecer un foco guerrillero.
Marcó su llegada a Bolivia como una nueva etapa. Días más tarde ya consideraba poder pasar allí el tiempo conveniente para llevar a cabo su plan.
El Che Guevara había dejado la comodidad que Cuba le ofrecía para iniciar una nueva aventura. Hizo a un lado la posibilidad de tomar cualquier cargo en el gobierno de la isla, como también a su esposa y sus cinco hijos.
Conformación del ELN y primeros encuentros armados
Buscando perpetuar la revolución y evitar caer en la tentación de convertirse en un burócrata de escritorio, Guevara se fue al sudeste del país. En específico, se asentó en una zona montañosa y selvática cercana al río Ñancahuazú. El propósito de usar esta zona para iniciar su nueva empresa fue cuestionada, debido a la complejidad del terreno y por no brindar un acceso rápido a países fronterizos como Argentina.
Es probable que el Che haya tomado conciencia de esto muy tarde. Su grupo guerrillero estable lo conformaban 16 cubanos. La mayoría de ellos contaba con experiencia obtenida en las contiendas revolucionarias en Sierra Muestra y de su excursión a el Congo. También eran sus hombres de mayor confianza.
En total, sumaban 47 combatientes, los cuales se nombraron como el Ejército de Liberación Nacional de Bolivia. Dentro de este grupo, también habían bolivianos, conocedores de la política local y del terreno donde se encontraban. También habían con ellos un pequeño grupo de peruanos y argentinos. En este grupo se encontraba la joven argentina-alemana Tamara ‘Tania’ Bunke.
Fue en marzo de 1967 cuando se da inicio a los enfrentamientos armados, logrando el ELN copar una unidad militar. Al poco tiempo debieron huir del campamento para evadir el cerco que las filas del ejército boliviano comenzaron a crear.
El 3 de abril es la fecha donde el Che cometió su más grande error. Dividió sus fuerzas y colocó a Juan Acuña Núñez al mando de la segunda columna. Luego de la despedida no volvieron a encontrarse. Especialistas afirman que dividirse no fue la mejor decisión para un hombre experimentado como Guevara.
Respaldo de la CIA hacia el Ejército Boliviano
Los meses siguientes fueron críticos para la fuerza revolucionaria. El Che se encontraba con mucha asma y el ELN estaba padeciendo numerosas bajas y sufriendo una grave escasez de alimentos, llegando al punto de comer caballos enfermos. Por su parte, el Ejército Boliviano, respaldado por la CIA, cercaba a El Che.
El 1 de agosto de 1967 la CIA envía dos agentes cubano-estadounidenses: Félix Ismael Rodríguez y Gustavo Villoldo. Ambos estaban entrenados para ser parte de la cacería de El Che. Para finales de ese mes, el ejército plantó una emboscada a la segunda columna en Vado del Yeso al momento de cruzar el río. El enfrentamiento produjo fuertes bajas en el bando guerrillero, quienes ya se encontraban famélicos.
Últimos días del Che Guevara
Más tarde, el 26 de septiembre, El Che entró con su grupo a un pequeño caserío de la Higuera. Cuando iban de partida, fueron atacados de frente, muriendo tres combatientes revolucionarios. Ya aquí tenían el enemigo a sus espaldas lo cual provocó que los pocos sobrevivientes buscaran escapar bajando el río. El 7 de octubre El Che hace su última anotación en su diario: “Se cumplieron los 11 meses de nuestra inauguración guerrillera sin complicaciones, bucólicamente; hasta las 12.30 hora en que una vieja, pastoreando sus chivas entró en el cañón en que habíamos acampado y hubo que apresarla”.
La batalla final
Temprano el 8 de octubre fueron sorprendidos en la Quebrada del Churo. Allí el Che ordena nuevamente dividir el grupo en dos: los heridos y enfermos iban adelante mientras que el resto se quedaba para enfrentar al Ejército Boliviano.
Tres horas duró el intenso combate. El Che sufrió una herida en la pierna, cayendo prisionero al igual que muchos de sus hombres, mientras que otros tuvieron menos suerte y murieron en combate. En cambio, los 6 guerrilleros que huyeron, lograron llegar a Chile, siendo recibidos como héroes.
Al 8 de octubre de 1967, el Che contaba con 39 años y sería fusilado un día des pues de su captura. El encargado de ejecutar al insurrecto fue Mario Terán, quien disparó simulando una muerte en combate. Las últimas palabras de El Che antes de morir fueron “¡Póngase sereno y apunte bien! ¡Va a matar a un hombre!”. Esta escena jamás pudo ser olvidada por el verdugo.
Luego de ser fusilado, el Che Guevara fue enterrado en secreto. No fue hasta 1997 cuando se descubrió su cuerpo en Vallegrande, junto a seis de sus compañeros de batalla.
Gary Prado, el militar que logró arrestar a El Che en la selva boliviana, afirmó que Fidel Castro envió a Guevara a Bolivia para librarse de él. El revolucionario no conocía el país. Esta versión parcial se junta con otras hipótesis que no pueden ser probadas del todo. Incluso aquellas que indican que El Che usó Bolivia como escala para llegar a Argentina para tratar de expandir la revolución cubana por toda América.
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