Para quienes crecieron en un entorno cristiano-católico, les es conocida la historia del Arca de Noé. Es una historia antigua relatada en la Biblia donde Noé, es reconocido como hombre justo por Dios, el cual le hace una interesante encomienda. Debía construir un barco en el cual entraría no solo toda su familia, sino también una pareja de cada especie animal.

La intención de esta hazaña era salvarse de un futuro diluvio que prometía acabar con la iniquidad de la tierra. Sin embargo, ¿pueden tomarse como válidos estos datos bíblicos? ¿realmente hubo un diluvio tan asolador como el de Mesopotamia? ¿Es posible dar con el paradero de alguno de los restos de la embarcación? Es aquí donde las corrientes de pensamiento bifurcan.

Arca de Noé: Teoría creacionista y evolucionista

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La corriente del creacionismo establece que la Biblia es de interpretación literal. De ser así, entonces el arca y el diluvio son verdades históricas. Sin embargo, el creacionismo no da validez a los diversos hallazgos de exploradores que dicen haber encontrado restos del Arca de Noé en el monte Ararat.

Por otra parte, el evolucionismo apunta a que las historias bíblicas son solo obras ficticias, creadas por la imaginación. Ian Plimer, geólogo australiano afirma que de existir un diluvio, se suprimiría toda la geología, física, biología y astronomía conocidas. Para que el diluvio pudiese cubrir por completo el monte Ararat serían necesarios 4.400 millones de kilómetros cúbicos. Esta exhorbitante cantidad de agua, desviaría a la Tierra de su órbita. De igual forma, tan grande cantidad de lluvia provocaría una atmósfera irrespirable para los seres humanos.

Referencias históricas del Arca de Noé

Aun en medio de esta contienda entre evolucionistas y creacionistas, existen desde la antigüedad diversas referencias sobre el monte Ararat. Beroso, historiador caldeo (280 a.C.) enseñó en Babilonia que nos peregrinos escalaron el monte en el año 273 a.C. para buscar restos del alquitrán petrificado perteneciente al arca. Por su parte, Flavio Josefo, cronista judío del siglo I, relata que eran común las peregrinaciones al Ararat para admirar los restos del navío. Realidad o ficción, lo cierto es que este monte, ubicado en la frontera entre Armenia, Irán y Turquía, es considerado como maldito según el folclore local.

Para los turcos el Ararat es el Aghri Dag o ‘montaña del dolor’, a causa de quienes han fallecido en el monte. Sin embargo, a pesar de las creencias y peligros poco imaginarios (la zona suele estar en conflicto, por lo que los alpinistas tienden a ser confundidos con espías), el siglo XX fue testigo de diversas expediciones a esta zona. La más conocida ha sido la de Ferdinand Navarra, empresario francés quien en 1953 encontró en una grieta del Ararat una estructura de madera de la cual logró extraer un travesaño.

Luego de realizar diversos estudios, se comprobó que la madera databa de hace más de 5.000 años. ¿Eran los restos del arca? No podemos estar seguros. Sin embargo, en 1969 Navarra fue parte de la expedición del Scientific Exploration and Archaelogical Research. Estos localizaron nuevamente la embarcación, de la cual extrajeron nuevos trozos de madera que dieron veracidad a la expedición anterior.

Teoría del Valle de los Ocho

No solo se considera al Ararat como posible ubicación del arca. Hay otras expediciones que, basadas en el Corán, ubican el navío en el monte Al Juri, junto a la frontera iraní. Existe una tercera teoría la cual dice haberla encontrado en Tendurik, a 24 kilómetros del Ararat, en específico en el ‘valle de los ocho’. Se le da ese nombre dado que se encontraron ocho tumbas que pudieron haber pertenecido a los tripulantes del arca.

Esta última tesis es defendida por investigadores como Allen Roberts o Ron Wyatt. Su popularidad es causa de la prensa sensacionalista que hizo pública unas fotografías aéreas capturadas por la CIA durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría. Según Wyatt, se puede apreciar una formación semejante a un barco. Wyatt afirma que se trata del arca fosilizada. Sin embargo, para los evolucionistas e incluso para los creacionistas, es solo una formación rocosa.

Pruebas científicas del Arca de Noé

Este es un punto en el cual la comunidad científica es propensa a contender. Sin embargo, de acuerdo con William Ryan y Walter Pitman, geofísicos estadounidenses, miembros del Lamont-Doherty Earth Observatory de Nueva York, los sedimentos obtenidos en el mar Negro revelan que la evolución de agua dulce a agua salada fue completamente violenta, en lugar de ser gradual. Esto para el final de la Era Glaciar hace unos 7.500 años.


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