Una de las historias más famosa de la antigüedad clásica es la del enfrentamiento de la familia romana de los Horacio contra la familia vecina de Alba Longa, los Curiacios. El pintor Jacques Louis David creó con esta historia uno de los cuadros más famosos de la Historia del Arte, El juramento de los horacios.

Alba Longa

Estamos a mediados del siglo VII.A.C. El segundo y pacífico rey de Roma, Numa Pompilio ha muerto hace unos años y le ha sucedido en el trono Tulio Hostilio. Este rey ha legado a la posteridad al adjetivo que lleva su nombre, hostil. Nos encontramos por tanto, ante un rey amante de las armas y cuyas miras de futuro no son otras que seguir extendiendo Roma a costa de los territorios circundantes.

Tulio Hostilio se había fijado como objetivo la conquista de la ciudad vecina de Alba Longa, pero necesitaba un pretexto con el que poder justificar una declaración de guerra. El pretexto lo encontró en unos saqueos mutuos que se hacían los campesinos albaneses y romanos en los territorios lindantes. El rey de Alba Longa, Cayo Cluilio, acusaba de saqueo a los campesinos romanos, y Tulio Hostilio, por el contrario, creía que era al revés y que los campesinos albaneses merecían un castigo y pagar indemnizaciones.

Inicio de la Guerra de los Horacio

Bajo este pretexto, Tulio Hostilio le declaró la guerra a Cayo Cluilio, Alba Longa y Roma estaban en guerra. No era una guerra sin más, era una guerra civil entre hermanos y parientes, una guerra que debía eliminar el poder de una de las dos facciones y someter a una de las dos ciudades al yugo de la otra.

Los Horacio

Jacques Louis David: neoclasicismo

Cuando los ejércitos iban a entrar en combate, la muerte sorprendió a Cayo Cluilio, rey de Alba Longa y la guerra pareció decantarse a favor de Roma. Pero rápidamente Mecio Fufecio sucedió en el trono al rey muerto por causas naturales y la guerra cobró un nuevo Rumbo. Mecio, pidió parlamentar a Tulio Hostilio y le hizo la siguiente reflexión: “Rómulo, los dos estamos de acuerdo en que la situación es insostenible y en que sólo puede quedar uno. O alba Longa o Roma. Pero debes saber, que mientras los dos luchamos y nos debilitamos, los etruscos nos miran desde la distancia, preparándose para atacarnos una vez que nos encuentren debilitados. Si nuestros ejércitos luchan, sólo sobrevivirá uno, pero ese uno caerá luego bajo el poder etrusco, perdiendo su libertad y encontrando la muerte y la esclavitud.”

Ante la sabia reflexión de Mecio, Rómulo acordó con él que el futuro de la guerra se resolvería mediante un combate de campeones y que sus ejércitos no se verían debilitados. Los dos pueblos hicieron el pacto sagrado y eligieron cada uno a tres hermanos trillizos que se enfrentarían a muerte por la gloria de sus ciudades.

La lucha con los Curiacios

Los hermanos romanos pertenecían a la familia de los Horacio, mientras que los trillizos albanos eran de la noble familia de los curiacios. Además uno de los hermanos Horacio estaba casado con una hermana de los Curiacio y un hermano Curiacio estaba prometido a una hermana de los curiacios.

El momento en que los hermanos Horacio juran luchar por el honor de Roma, anteponiendo los lazos sentimentales y los sentimientos personales al deber de la patria, fue captado como nadie por el pintor francés  Jacques-Louis David, que los encumbró como modelo y paradigma de la lealtad y el deber ciudadano.

Los seis hermanos se armaron y se dispusieron a entrar en combate. Después de una lucha feroz y encarnizada, dos hermanos Horario cayeron muertos. El ejército albano jaleaba victorioso porque la superioridad en el combate era ahora notable. Tres curiacios quedaban vivos, aunque con heridas, frente a un Horacio que a pesar de estar en inferioridad se encontraba sin un rasguño. De pronto, Publio Horacio, que así se llamaba el único hermano sobreviviente, echó a correr ante el pasmo de su propio pueblo. Los gritos de deshonra y traición no tardaron en aparecer. Parecía que el soldado romano huía despavorido. Los hermanos curiacios , ante aquèl espectáculo, decidieron perseguir al Horacio para evitar la fuga y darle muerte. Como los tres hermanos iban heridos, cada uno corría a una velocidad y no repararon en la artimaña de Publio. Cuando el Horacio observó que los tres estaban separados, cambió rápido la dirección de la carrera y se dirigió contra el curiacio que más corría y que más sano estaba, al que mató antes de que llegase el segundo hermano curiacio. al que también dió muerte rápido por encontrarse aún más herido. Finalmente, se dirigió al tercer hermano curiacio, que se encontraba ya casi sin aliento, y le asestó un golpe mortal con su lanza.

Camila Horacio

Ambos ejércitos se retiraron a sus hogares. Horacio marchaba a la cabeza del ejército romano, llevando ante él su triple botín. Su hermana, Camila, que había sido prometida a uno de los Curiacios, se reunió con él fuera de la puerta Capene. Reconoció, en los hombros de su hermano, el manto de su novio, que había hecho con sus propias manos y rompiendo en llanto se arrancó el pelo y llamó a su amante muerto por su nombre. El soldado triunfante se enfureció tanto por el estallido de dolor de su hermana, en medio de su propio triunfo y del regocijo del público, que sacó su espada y apuñaló a la chica. “¡Ve!”, exclamó, en tono de reproche amargo, “ve con tu novio, con tu amor a destiempo, olvidando a tus hermanos muertos, al que aún vive, y a tu patria! Así perezca cada mujer romana que llore por un enemigo!”

El asesinato de Camila le valió una condena a muerte a Publio Horacio, que ya en la horca misma le fue perdonada, el pueblo de Roma le concedía el perdón en extremis en reconocimiento a su gran hazaña, pero mandaba un aviso a todo aquél que se creyera por encima de sus leyes.

Los Horacio habían ganado para Roma una guerra que suponía la anexión y el dominio sobre Alba Longa, pero el final aún no estaba escrito. Algunos albanos no tenían intención de cumplir con el acuerdo, faltaba aún una nueva página por escribirse antes de que los nombres de Alba Longa y Roma se fusionaron para siempre. Pero eso, amigos, será en el próximo episodio.

Fuente: El Edén de los Cínicos, suscríbete a su canal aquí

 

Categorías: Mitología

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